Oda al Trabajo

¡Ah! ¡Repantingarse, repantingarse!
¡Y como los cerdos revolcarse!
¡Que cómodo es acomodarse,
que gusto da apalancarse!
¡Nada como apoltronarse,
y repanchingarse,
y arrepanchingarse!

¡Es genial instalarse,
y como un puerco el gusto darse!

¡Oh, si!¡No hay mejor que haraganear,
después de un rato gandulear,
y el día terminar,
con un par de horitas de vaguear, para variar!

¡Que placer da el arrellanarse,
para luego, cual gorrino salvaje,
con un marcado y propio deje,
en el barro retozar, y revolverse!

¡Oh vida mía!¡Que gusto da ser Ministro de Cultura!
(O Ministra, ministrísima)